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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sólo nos queda apelar desesperadamente a Europa

La economía española, en fase crítica, necesita dinero para financiarse. No lo podemos crear porque renunciamos a nuestra soberanía monetaria. Los mercados no nos prestan o lo hacen a precios inasumibles. No confían en nosotros porque la economía real no crece, las empresas desaparecen, la deuda pública y privada es ingente y el déficit público continúa siendo muy alto. Sólo nos queda apelar desesperadamente a Europa. Llevamos un tiempo suplicando. Primero, buscando fondos para la Banca. Después de negarlo, claro. Ahora necesitamos el rescate. Después de negarlo igualmente.
Rescate equivale a que nos presten dinero a precio más barato del mercado. ¿Cuánto? No lo sé. ¿Cómo? Comprando deuda pública en mercados primarios y secundario. ¿Quién? Europa (Alemania). ¿Por qué lo hacen? Porque entidades financieras europeas tienen mucha deuda española comprada, aunque la están vendiendo, y porque, si caemos, fracasa el euro y con él toda una clase política europea. Pero no nos darán dinero sin ese “condicionamiento efectivo”. Eso quiere decir: sin garantías de cobro. ¿Cuáles? Pues como no crecemos no queda más remedio que ofrecer nuevas reducciones de gastos. Es decir, de nuevo sanidad, educación, funcionarios, desempleo y pensiones.
Para que quede claro que hemos fracasado piden una condición: que España solicite el rescate. Dice Rajoy que no sabe si lo hará. Lo mismo dijo cuando se trataba del rescate para la Banca antes de las elecciones andaluzas. Ahora seguramente tiene in mente las gallegas... En fin, en todo caso es pan para hoy y hambre para mañana. Por eso es necesario repensarlo. Los políticos no lo harán porque están atados por intereses de clase. No queda otra alternativa que sea la sociedad civil quien lo aborde, pero ¿quiere hacerlo? Lo veremos, aunque creo que sí.

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