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miércoles, 26 de septiembre de 2012

En "El Sistema", nos presenta Mario Conde un fantasmagórico ente...

El otro día leí con interés el artículo que Mario Conde le dedicaba al candidato Núñez Feijóo y en el que nos recomendaba la lectura de sus libros como ejemplo de lo que puede ser el ideario del nuevo partido que encabeza Conde. Pues bien, desde pequeño tengo el hábito de la lectura y desde luego que he leído y con sumo interés sus tres libros: El Sistema, Memorias de un Preso y Días de Gloria y a ellos nos remite Conde para entender su pensamiento. De entre ellos "Memorias de un Preso" es el único que ofrece una faceta humana interesante, pero los otros dos, si de verdad representan el pensamiento económico y social del posible candidato a la Presidencia de la Xunta, me resultan francamente decepcionantes como construcción intelectual en el ámbito socioeconómico.
En El Sistema nos presenta Mario Conde un fantasmagórico ente, que no acierta a definir por quién es controlado, que presenta como un ente inmaterial que todo lo controla: dice Conde que manda más que Felipe González y que Aznar y que parece empeñado en destruir la magnífica labor que Conde pretendía hacer. Nos habla de imposibles conspiraciones entre Aznar y González para eliminar el peligro político que representaba Conde.
A mí esto me resulta pueril y no me parece más que un intento, intelectualmente muy pobre, de pretender excusar una pésima gestión bancaria y que además desprende por todas partes un aire de señorito rico que a mí personalmente me repugna como actitud personal y política. Nada hay en ese libro esa pretendida renovación del sistema sino más bien una "excusatio non petita". El libro únicamente me parece, con perdón, un canto a la vanidad personal y a una arrogancia injustificada.
Más decepcionante aún resulta su último libro, que no contiene ni un gramo de autocrítica, ni tan siquiera contiene una explicación convincente de la pretendida injusticia que Mario Conde estima que con él se cometió: yo no veo ninguna excusa válida para contradecir con verosimilitud lo que parece, entre otras muchas cosas, nada más que una mala gestión económica con una posible desviación de fondos, si le hacemos caso a Conde, hacia determinados partidos (según lo que el libro dice), lo cual es profundamente incompatible con la democracia y el derecho que descalificaría tanto al que hubiera dado como al que hubiera recibido. Nada hay, en mi humilde opinión, de ejemplarizante en esos libros. Yo no creo en ese mundo de yuppies como paradigma de la acción política; un mundo que nos habla de yates y frecuentes y carísimas vacaciones. Ese mundo no me gusta como paradigma director de la cosa pública y como a él nos remite Conde para entender su ideario, recomiendo a los que hayan pensado en votarle que efectivamente se lean sus libros, como he hecho yo.
Su vida, Mario Conde, no me resulta precisamente ejemplar, y no me refiero a su etapa penal, que efectivamente usted ya ha saldado con la sociedad española, pero francamente yo, al contrario que usted, creo en la Justicia española con los defectos que pueda tener (más de lentitud que otra cosa). Pero no me refiero a esa ejemplaridad, sino a su estilo de vida y a su pésima gestión y actitud indudablemente arrogante, que creo incompatible con la figura de un presidente de la Xunta. Si usted no reniega de su pasado equivocado, resulta difícil votarle, al menos a mí.
En contraposición a usted mis preferencias van hacia Núñez Feijóo que es una persona de probada honestidad y modo de vida gallego, es decir: austero.
La sra. Obama, gran mujer donde las haya, en un reciente y magnífico discurso dijo que en los políticos no había que valorar el éxito que han tenido para sus intereses personales, sino en el éxito que han tenido como servidores de los demás; con todos los defectos que se le atribuyen a los políticos Feijóo es más bien de corto patrimonio y en cambio usted no me lo parece y desde luego me lo parece menos en su vida anterior, esa que usted defiende como paradigma de vida ejemplar. En esa vida anterior, la de los libros, se me antoja que distaba mucho usted de preocuparse por los demás y además, ya que habla de democracia en los partidos, se lo dice una persona con la que compitió Feijóo por la presidencia del PP, al que ganó limpiamente, y que es una persona, como dicen en nuestra tierra, que ¡é coma nos! por eso me parece el mejor candidato y usted, francamente no. Pero en una cosa coincido con usted; en que es buenísimo que sus electores potenciales lean sus libros. A ello les animo.
* Exconselleiro de Pesca

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