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domingo, 19 de agosto de 2012

Pero no piensen mal, por favor, no lo hagan, faltaría más, Dios nos libre

Según un concejal socialista del Ayuntamiento de Marinaleda, a Gordillo se le han extraviado 200.000 euros, correspondientes a una subvención de la Junta de Andalucía para construir unas viviendas que no existen. El concejal del PSOE, y portavoz del mismo partido en Marinaleda, se llama Mariano Pradas, y fue Rosa Aguilar, entonces consejera de Obras Públicas y Vivienda de la Junta, la encargada de concederle el dinero al de las bufandas palestinas, las fotos con los batasunos y los asaltos a los supermercados. Sánchez-Gordillo, como toda persona, tiene sus defectos. Y uno de ellos es su nula capacidad para entender de dónde viene y hacia dónde va el dinero que percibe. Lo demostró años atrás, cuando estuvo cobrando el doble de lo que le correspondía y no se apercibió de ello hasta que superados los doce meses fue advertido por Hacienda de la feliz equivocación. Pero que nadie piense mal, porque de la honestidad de Sánchez-Gordillo no duda ni Baltasar Garzón. El despiste de ahora es más grave, porque extraviar 200.000 euros y no dar explicaciones de la pérdida o el ocultamiento del dinero en  los plenos municipales a requerimiento del portavoz socialista, puede dar lugar a que los malintencionados se figuren destinos oscuros para ese maná público caído sobre su hermosa cabellera.

Si la colección de bufandas palestinas que obra en su poder fueran de «cashmere» o de pelo de camello, y tuvieran perfectamente cosidas a su dibujo solidario las etiquetas de «Dior», o de «Gucci», o de «Hermés» o de «Löewe», sería humano y lógico sospechar con perversa intención acerca del uso de una buena parte del dinero. Pero no. Las bufandas palestinas de Sánchez-Gordillo, que también las usa Otegui, además de horrorosas son de lana de oveja de Jordania, una oveja de lo más corriente según he podido saber.

 También es posible que esos 200.000 euros de los contribuyentes encomendados a la buena administración de Sánchez-Gordillo hayan sido invertidos en alimentos para los más necesitados de Marinaleda. En tal caso, improbable por el curso de los acontecimientos posteriormente acaecidos, no tendría sentido el asalto y robo con violencia a los supermercados de Écija y Arcos de la Frontera, en donde algunas empleadas de Mercadona fueron golpeadas por intentar impedir el robo sin que, hasta la fecha, las feministas hayan protestado un poquito en defensa de las mujeres golpeadas. Los viajes en clase «Preferente» a Caracas se los paga el Gobierno de Hugo Chávez, y queda descartado por lo tanto el extravío de esos 200.000 a las agencias de viajes. En la última marcha se ha advertido un original paisaje de camisetas. Casi todos los sindicalistas andantes llevan una camiseta con la efigie del «Ché», detalle harto original. Pero mil camisetas con el rostro –y nunca mejor escrito– estampado del «Ché» Guevara no pueden costar  200.000 euros. Resulta muy curiosa la adoración de las izquierdas a quien fue un señorito porteño derrochador que sólo se acordó del comunismo cuando había dilapidado toda su fortunita. Un señorito que mató bastante, y de cuyo final se dice –recuérdese el asunto Grimau– que fue Fidel Castro quien señaló el punto del mapa de Bolivia donde podía ser encontrado sin dificultades por la CIA y el Ejército boliviano.

Pero de los 200.000 euros recibidos y extraviados por Sánchez-Gordillo, ni una pista, ni una huella para seguir su rastro y dar con su paradero. Y no han sido los cavernícolas del Partido Popular los que han denunciado su desaparición, sino los socialistas, que gobiernan en Andalucía con el apoyo, entre otros, de Sánchez-Gordillo. Así que átenme esta mosca por el rabo, porque no entiendo nada. Lo único que entiendo es que la Junta de Andalucía le entregó a Sánchez-Gordillo 200.000 euros para construir unas viviendas que no se han construido y que el dinero no aparece. Pero no piensen mal, por favor, no lo hagan, faltaría más, Dios nos libre.

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