Traduce

sábado, 4 de agosto de 2012

“La delicadeza” se ve y se lee



Estaría bien que alguien nos avisase, aunque fuese minutos antes, de que la flecha de cupido va a hacer diana en nuestro corazón, de que nos vamos a cruzar con ese desconocido del que terminaremos sabiéndolo todo. Estaría bien que alguien nos avisase, aunque fuese minutos antes, de que un puñal nos va a partir el mismo corazón, de que nos van a arrebatar a esa persona que un día se cruzó inesperadamente con nosotros y pasó de ser insignificante a imprescindible.
La delicadeza habla de esos instantes previos al enamoramiento por sorpresa o a la pérdida repentina, de la calma traicionera que se anticipa a la tempestad, de esas rutinarias décimas de segundo que suceden antes de que todo cambie.
Esta premiadísima novela, ahora hecha película,  es la historia de una mujer que pierde a su marido. Sobrevive a la deriva y cuando está al borde de hundirse, un sueco con pinta de nerd bestia  (François Damiens) la rescata de su naufragio a la bella.
Esta bonita lección sin moraleja sobre la esperanza y el dolor nos recuerda que uno puede morir en vida y a pesar de todo renacer. Este paseo por el alma humana y un París mágico rebosa humor, sutileza, verdad y se hace muy corto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario